jueves, 3 de abril de 2014

El Grito como emoticono




Creo que muchos cuando vimos por primera vez este emoticono de WhatsApp, pudimos ver la relación con el cuadro del noruego Edvard Munch (1863-1944)


No se hasta que punto todo esto es debido a nuestra deformación profesional. O si realmente se ha buscado esta similitud por parte de esta empresa de mensajería. Como emoticono funciona muy bien, si quieres dar esa sensación visual de emoción, grito o miedo.

Pero está claro que Edvard Munch nada podía intuir en 1893 cuando terminó de pintar la primera de las 4 versiones de esta pintura, que su cuadro sería considerado todo un icono del siglo XX, ni mucho menos que su imagen serviría como emoticono del WhatsApp. 

El miedo, la desesperación, el pánico, son elementos que hemos estudiado en historia del arte, que influirían en la realización de esta pintura. Ya el mismo Munch lo recoge en algunos escritos, como pensamientos personales, que se creen podía influir en estas pinturas:

Paseaba por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza. (De su diario, en 1892)


Pero es en 2013, cuando se dio a conocer que fue realmente una momia de un guerrero Chachapoyas de Perú, expuesta en la Exposición Universal de París del 1889 la que debió influir en la forma facial tan característica de este personaje central de la pintura de El Grito. Aunque ya en la década de 1980 el historiador de arte Robert Rosenblum había descubierto este hallazgo, al igual que otros pintores había sido influidos por las momias del Louvre para pintar algunos de sus cuadros.



Es interesante pensar en todo lo que le pudo influir a Munch para realizar este cuadro, también al diseñador que ha creado este emotico (de momento no sabemos su nombre). Y también es curioso pensar en la difusión de una imagen y sus derechos de reproducción de la misma. Está claro que esta es una imagen que tiene mucha fuerza, y eso se nota. 




Muy pocos han podido disfrutar en su propia colección particular de este cuadro, hasta que en 2012, Petter Olsen pone en venta por medio de Sotheby's esta versión de El Grito, el cual perteneció a su padre, que fue vecino, amigo y mecenas del pintor. Este cuadro es comprado por Leon Black por 120 millones de dólares. 

Como la mayoría de los mortales, los que no disponemos de esa cantidad, nos conformamos viendo la versión del emoticono en nuestro teléfono móvil. 


De todos modos la mejor de las versiones se encuentra en la Galería Nacional de Noruega, Oslo. Dos de las cuatro versiones, han sido fruto de extraños robos, aunque después se han recuperado con éxito por la policía, sin que hayan sufrido ningún daño. El año pasado se celebró el 150 aniversario del nacimiento del artista en todo Noruega, y se pudieron ver las cuatro versiones juntas.

Si no pudiste asistir, en 2015 el museo Thyssen- Bornemisza reunirá una retrospectiva del artista, donde espero que podamos ver alguna de las versiones de El Grito.

Siento que si antes no sabías esto, cuando veas o envíes este emoticono, pensarás en Munch, y seguramente también en la momia del guerrero Chachapoyas. Así de curiosa es a veces la historial del arte y la tecnología.