viernes, 13 de enero de 2012

Cuaderno íntimo, bocetos de un escultor.


En esta entrada quiero presentar una de las partes más íntimas de un escultor, sus bocetos.
Son estudios, dibujos con los que intento atrapar parte de las ideas que se me pasan por la cabeza.
Dibujos sencillos, a boli negro o azul, de tinta rápida, si es posible, sobre papel. Son cuadernos, de dos posibles tamaños, el de tamaño folio, o el de bolsillo tipo cuartilla.
Trato de llevarlos siempre conmigo.
Y en el momento menos esperado, empiezo a dibujar, en ocasiones es en la cola de espera de algún sitio, mientras me siento en el sofá y veo la tele, etc.
Soy consciente de la simplicidad de los mismos, pero para un escultor cuando dibuja, dibuja lo que considera puede ser su siguiente escultura, o serie de esculturas. Estos trazos a pesar de ser simples, y fáciles de dibujar, en escultura son formas, líneas en el espacio, que te pueden quitar el sueño durante meses, de modo que has de ser consecuente, bueno yo al menos trato de serlo.

Debes estar seguro de lo que dibujas, y eso sí, sin miedo, a tus formas le añades elementos, o se los quitas. Mides lo que pueden ser sus proporciones, sus materiales, sus colores, sus texturas, su luz, su diálogo, su ubicación posible, si interesará o será simple estorbo...
Y cómo no, su técnica. Modelado, ensamblado, moldeado, tallado, etc.
Y por último, su acabado.
Es este un mundo muy interesante, y poco visto. En ocasiones demasido oculto del trabajo de un escultor, y
a la vez, yo creo fundamental. El dibujo en escultura lo es todo. Con el dibujo te puedes aclarar, solucionar de antemano muchos problemas que encontrarás en tu estudio trabajando tu escultura.
El dibujo es tu trabajo, el boceto ya habla.

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